Un asesino esquizofrénico

Ciertas pelícu­las crean per­sonajes inol­vidables en la memoria co­lectiva. Por eso, mencionar el nombre de Norman Ba­tes todo cinéfilo sabe que estamos haciendo referen­cia al personaje principal de la película de Alfred Hitch­cock: “Psicosis”.

Norman Bates (Anthony Perkins) es un sujeto muy extraño y posee un motel en plena carretera. En una tarde lluviosa aparece la jo­ven Marion Crane (Janet Leigh) para pasar la noche, huyendo de su antiguo tra­bajo de secretaria con la su­ma de cuarenta mil dólares que previamente había ro­bado. Con esta suma piensa planear su futuro junto con su novio Sam Loomis (John Gabin). Lo que ella no ima­gina es que se iba a encon­trar con un esquizofrénico y psicópata que cambiará por completo sus planes.

La película está basada sobre la novela del mismo nombre de Robert Bloch, e inspirada sobre un asesino en serie del estado de Wis­consin llamado Ed Gein. Hitchcock adquirió los dere­chos de la novela por nueve mil dólares y la adaptó a su estilo. El presupuesto rondó los ochocientos mil dólares y Hitchcock tuvo que pro­ducirla prácticamente solo. Sin embargo, cuando se es­trena la película, es un éxito de taquilla y ha recaudado hasta la fecha alrededor de  US$60MM de dólares en to­do el mundo.

El personaje de Norman Bates es el eje central de la película. Desde su infancia vivió del abuso emocional de su madre, quien le incul­có que las mujeres y el sexo son cosas del demonio. Sin embargo, este pobre indivi­duo deviene en celos pato­lógicos que lo obligan a ase­sinar, desarrollando luego, una especie de esquizofre­nia que le permite escuchar las voces de su madre gri­tándole y ordenándole qué hacer.

Es por ello, que para Nor­man Bates quien asesina es la “madre”; porque se sien­te “poseído”. Aquí el perso­naje viene a desarrollar el estado de trastornos de per­sonalidad múltiple donde se mueven dos personalida­des: la propia y la de su ma­dre; siendo la de su proge­nitora quien toma el control total de su vida y de sus ac­tos de forma rutinaria aso­ciada a la pérdida de la me­moria.

Por lo tanto, cuando se da cuenta del asesinato en el baño dice la frase siguien­te: “Madre que has hecho”, cuando todo ha sido pro­ducto de su mente enfermi­za.

La película posee una fo­tografía excelente y lo de­muestra en la famosa esce­na de la ducha que ha sido una de las más estudiada y comentada en la historia del cine.

La escena dura alrededor de tres minutos y existen ca­si 50 planos de detalles con algunos primeros planos combinados con una músi­ca de chirridos de violines; violas y violonchelos que impacta al espectador.

“Psicosis” fue nominada a cuatro Premios Oscar, en­tre ellos: Mejor Fotografía; Mejor Actriz; Mejor Direc­tor y Mejor Decorado. Aun­que no obtuvo ningún pre­mio de la Academia, en el año 1992 la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos la consideró como “Culturalmente histórica y estéticamente significativa” y fue seleccionada para su preservación en el Registro Nacional del Cine de dicha biblioteca.

En fin, estamos ante una cinta excelente que todo ci­néfilo debe de ver. Tal y co­mo dijo en su momento la actriz Janet Leigh “Ningún otro asesinato misterioso ha inspirado tal comercializa­ción.”

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