Sanders muestra músculo en California frente al resurgimiento de Biden

«El candidato que gane en California tiene una oportunidad excelente para ganar la nominación». La frase se la soltó este domingo Bernie Sanders a los miles de seguidores que fueron a verle en su mitin de Los Ángeles, a solo dos días de que se celebre el «Supermartes», cuando se ponen en juego una quincena de estados. Pero el mayor trofeo es California, el que más delegados reparte de las primarias.

La frase es una obviedad matemática, pero fue recogida con un rugido de euforia por la muchedumbre -joven, diversa, electrizada- en el centro de convenciones de Los Ángeles. Era también un aviso al resto de competidores, con la campaña agitada por el triunfo arrollador de Joe Biden en Carolina del Sur y la retirada abrupta de Pete Buttigieg, que le conviene al ex vicepresidente de EE.UU. con Barack Obama: Biden puede ganar enteros, pero quien manda en California es Sanders.

El líder izquierdista lidera con suficiencia las encuestas, tiene un apoyo amplio del electorado hispano y una maquinaria electoral formidable en el estado. Pero ha querido consolidar su posición y ha celebrado dos mítines multitudinarios en un día, el de la principal ciudad de California y uno anterior en California.

Es difícil saber qué impacto tendrá el abandono de Buttigieg, uno de los moderados que fracturaba el voto centrista para beneficio de Sanders. Pero es posible que vayan al que es ahora percibido como favorito moderado, Biden, en lugar de a Sanders. Donald Trump interpretó la noticia como un intento del «establishment» demócrata de ponerse en contra de Sanders, como ya ocurrió en 2016. «Este es el verdadero comienzo de los demócratas dejando fuera de juego a Bernie», dijo en Twitter el presidente de EE.UU., que pronosticó que el líder socialista se quedaría «otra vez» sin nominación.

Sanders no entró a considerar qué intereses puede haber detrás de la salida de Buttigieg, al que antes del mitin en Los Ángeles felicitó en Twitter por «una campaña histórica» antes de invitar a sus seguidores a unirse a su movimiento. Pero sí hizo un guiño en el mitin, entre gritos de «Bernie, Bernie» y el bamboleo de cientos de carteles azules y blancos con su nombre, a la dinámica en la que han entrado las primarias. «El «establishment» político se está poniendo nervioso. Debe de estar enfadado con la cantidad de gente que hay hoy aquí».

Fue la única referencia velada al resto de competidores. En sus mítines, Sanders prefiere centrarse en retratarse como una alternativa a Trump, en sus palabras, «el presidente más peligroso de la historia de EE.UU.»

«Con vuestra ayuda, ganaremos en California, ganaremos la nominación y derrotaremos a Trump», dijo al público. De lo primero caben pocas dudas y el ambiente en el descomunal centro de convenciones era festivo, con la participación de la comediante Sarah Silverman y el legendario actor Dick Van Dyke y rematado con un concierto de Public Enemy. Lo segundo es una posibilidad que puede acercarse el «Supermartes». Para lo tercero falta todavía un mundo.