El presidente pasará unos días en el hospital militar de Walter Reed, donde suele hacerse sus chequeos anuales. En teoría la Casa Blanca dice que trabajará desde «sus oficinas» allí, aunque este viernes toda su agenda —incluido un mitin en Wisconsin— ha sido cancelada. El presidente mantiene silencio a excepción de dos mensajes en Twitter tras su diagnóstico.
El personal médico del hospital asegura que el presidente está tomando, además del remdesivir, un cóctel de anticuerpos experimental; suplementos de zinc y vitamina D, y melatonina, que se suele usar para dormir. Trump toma también un protector estomacal y una aspirina diaria. Durante la noche, según un parte médico, no ha necesitado oxígeno.
En la Casa Blanca, la actividad se mantiene con normalidad este sábado, y siguen trabajando los funcionarios habituales, a excepción de los que han dado positivo en el virus. El vicepresidente, Mike Pence, que debería asumir la presidencia si Trump queda incapacitado o inconsciente, ha dado negativo en la prueba, según anunció el viernes su portavoz.
Fiebre y fatiga
Según el médico del presidente, Sean Conley, Trump tiene décimas de fiebre y bastante fatiga. En un mensaje de video en Twitter publicado ayer antes de ser evacuado de la Casa Blanca al hospital en helicóptero, presentaba una voz más nasal de lo habitual. Caminó a paso lento de su residencia al helicóptero, cubierto de una máscara.
Trump está siendo tratado con un innovador cóctel de anticuerpos antivirales que está siento probado con nuevos pacientes de coronavirus. Ese cóctel, de la empresa de biotecnología Regeneron, redujo los niveles del virus en sangre y mejoró los síntomas en 275 de los 1.000 pacientes en los que se usó en periodo de prueba.
En esta ocasión, el presidente no ha tomado Hidroxicloroquina, el medicamento cuya efectividad como tratamiento para el virus defendió durante semanas en primavera, y que según dijo llegó a tomar durante dos semanas entonces. La comunidad médica ha negado de hecho que esa sustancia tenga un efecto real sobre los pacientes contagiados, o que sirva para prevenir la infección, como defendió Trump como motivo para tomarlo.