Polonia escenifica en sus presidenciales una «guerra de civilizaciones»

El debate electoral entre los dos candidatos no ha sido posible, un claro síntoma de la crispación en la que tiene lugar esta segunda ronda de las presidenciales polacas. El titular Andrzej Duda, que cuenta con el apoyo del partido en el poder Ley y Justicia (PiS), se presentó en el estudio de la cadena de televisión pública TVP, en la pequeña localidad de Konskie, pero estuvo solo. Rafal Trzaskowski, de la plataforma Ciudadanos Libres (PO), alegó que la cadena es un órgano de propaganda del PiS y su equipo organizó un acto alternativo con periodistas, su propio evento. Las encuestas apuntan a que solo hay unos miles de votos entre los dos candidatos y el discurso de campaña consiste básicamente en el ataque frontal, agresivo y personalista, y la oposición reitera públicamente sus dudas sobre si la elección presidencial es constitucional.

La convocatoria original del 10 de mayo fue pospuesta solamente unos días antes de la fecha, en un proceso al que acusan de «falta de transparencia» y en el que encuentran defectos legales, como el hecho de que el día de las elecciones no fue confirmado debidamente por la Corte Suprema. Si Duda gana, la oposición parece decidida a cuestionar el resultado. Pero si el candidato opositor Trzaskowski ganara las elecciones, no sería sorprendente que un tribunal polaco impugnara la legalidad del resultado. Todo esto después de que la controvertida reforma judicial haya hecho sospechar a las autoridades europeas que los tribunales polacos no son independientes. El Gobierno polaco está en un conflicto permanente con la
Comisión Europea y el Tribunal Europeo de Justicia (TJCE)
y la situación política tiende al caos.

Esta ambigüedad en el derecho constitucional, cree Daniel Kelemen, es incluso «intencional». El profesor de ciencias políticas y derecho de la Universidad de Rutgers en el estado estadounidense de Nueva Jersey es uno de los expertos más reconocidos internacionalmente en la reestructuración estatal en Polonia. «Si Duda pierde, el PiS podría usar el dudoso estado legal de las elecciones para cuestionar su validez en la Corte, ocupada ahora por leales», explica, mientras admite que «si Duda gana con suficiente apoyo, más desde luego del que anuncian las encuestas, el PiS tendría vía libre para asegurar una serie de reformas que convertirían a Polonia en un socio europeo poco previsible».

El otro candidato, Rafal Trzaskowski, de la plataforma Ciudadanos Libres

EFE
Un modelo en juego
Lo que está en juego en estas presidenciales es un modelo de país. La Polonia nacionalista católica de los gemelos Kaczynski o la Polonia europeísta, políglota y puente que proponen los liberales. «Si el cambio que estamos esperando no llega, lo que nos aguarda un negro futuro en Europa», augura Trzaskowski. «Las libertades de los polacos, el derecho a la libre expresión, el derecho a la igualdad ante los tribunales, están aquí en juego», subraya diputada Agnieszka Dziemianowicz-Bak, a la que escandaliza que Bruselas «siga jugando con este Gobierno al gato y al ratón mientras suceden en suelo europeo cosas como las que estamos viendo en Polonia».

Otros dos actores protagonistas durante esta campaña electoral han sido la Iglesia polaca y la comunidad homosexual. El sacerdote católico Tadeusz Rydzyk, fundador de Radio María y muy influyente en la generación de Juan Pablo II, ha declarado al diario Nasz Dziennik que esta votación es parte de una «guerra de civilizaciones», «entre la civilización latina y la anticivilización, entre la Polonia blanca y la roja (en alusión a los colores de la bandera nacional)», mientras que los liberales se presentan como los abanderados de Europa.

La UE eclipsada por EE.UU.
La UE, muy presente en teoría en los discursos, ha quedado durante la campaña completamente eclipsada por EE.UU.. Tanto Duda como el PiS han redoblado sus esfuerzos por acercarse a Donald Trump y han obtenido apoyo del presidente estadounidense, que a pocas fechas de la primera vuelta anunció la retirada de tropas americanas, estacionadas en bases militares alemanas desde el final de la II Guerra Mundial, para trasladarlas a Polonia.

Para Jaroslaw Kuisz, fundador del portal Kultura Liberalna (Cultura Liberal), «se están cargando bastante las tintas para movilizar a los votantes, pero es cierto que ambas candidaturas representan dos visiones diferentes, dos planes de país». «Alemania practica una política de apaciguamiento con Polonia, Francia se mantiene al margen, pero si el PiS sale reforzado, a través de una victoria de Duda, con lo que tendría la puerta abierta a nuevas y muy polémicas reformas, Polonia se convertirá en un problema para Europa, un dolor de muelas para las instituciones europeas en un momento en que la UE no es todo lo fuerte que sería deseable». «La política exterior del Pis», dice, «se parece cada vez más a viajar sin billete».