Castex reúne calificaciones excepcionales en todos los terrenos capitales: alto funcionario, conoce a la perfección el funcionamiento burocrático de Francia; «monsieur desconfinamiento», ha trabajado mano a mano con el presidente y el Gobierno saliente desde finales de abril; alcalde de Prades (Pirineos Orientales), cerca de la frontera española, conoce como la palma de su mano la sensibilidad del francés medio; secretario general adjunto de la presidencia de la República, entre 2011 y 2012, fue un hombre de confianza de Nicolas Sarkozy y es un político «sin historias» que pasa bien a la derecha tradicional y al centro…
Otra gran ventaja, capital: no puede tener aspiraciones, no es un personaje popular, no eclipsará al presidente, de entrada…
Conocedor emérito del funcionamiento interno de la presidencia de la República, Castex discutirá con el presidente la formación del nuevo gobierno, que pudiera nombrarse con relativa celeridad.
La personalidad francamente moderada de Castex parece excluir todo tipo de «experimentos».
El nombramiento de Castex envía varios mensajes políticos de fondo: «recentraje» conservador moderado y técnico, a un tiempo; apertura a las sensibilidades «rurales» muy importantes para abordar reformas que pudieran afectar a la gestión de los recursos públicos con algunas «guindas» de carácter «ecológico responsable».