El presidente de la República recibió la mañana del lunes a los ciento cincuenta miembros de la Convención ciudadana para el clima (CCPC), que habían presentado numerosas proposiciones para afrontar el cambio climático y los nuevos desafíos ecológicos del planeta. Tras la ceremonia de bienvenida, el jefe del Estado aceptó algunas propuestas y rechazó otras.
La CCPC es una organización consultiva, concebida por Macron, el 2019, con el deseo de «escuchar» y «debatir» ideas sobre cuestiones ecológicas. Los miembros de la CCPC fueron elegidos al azar y han podido trabajar libremente, haciendo un largo rosario de propuestas.
De entrada, Macron rechazó varias proposiciones básicas, como la reducción de la velocidad a 110 kilómetros / hora, en las autopistas, o la imposición del 4 % de los dividendos empresariales superiores a los 10 millones de euros. El presidente también rechaza el proyecto de reformar la Constitución, introduciendo de oficio esta fase, en el preámbulo: «El respeto de los derechos, libertades y principios no deben comprometer la preservación del medio ambiente, patrimonio común de la humanidad».
Tras el rechazo de varias medidas «faro» de la CCPC, Macron anunció la convocatoria de dos referéndums para consultar a la nación cuestiones ecológicas básicas.
Un primer referéndum será convocado «antes del 2021», para decidir, de ese modo, la introducción o no introducción en el artículo primero de la Constitución de nociones como biodiversidad, medio ambiente y lucha contra el cambio climático.
Tras ese primer referéndum, Macron anunció una segunda consulta nacional, «más adelante», con el fin de aprobar o rechazar la introducción en el artículo 11 de la Constitución de varios textos relacionados con cuestiones relacionadas con el medio ambiente, la ecología, el cambio climático.