Los demócratas aprueban una amplia reforma policial que se estrellará en el Senado

La Cámara de Representantes de Estados Unidos, dominada por los demócratas, aprobó este jueves una amplia reforma policial, en una de las derivadas políticas de la muerte de George Floyd en Mineápolis
y la oleada de protestas antirracistas que desató. Pero la marcada polarización en el país, que se traduce en una brecha política insalvable en el Congreso, apunta a que la iniciativa descarrile en el Senado, bajo control republicano.

Sería una repetición de los ciclos vividos en otros episodios trágicos del país. Las muertes en 2014 de Michael Brown y Eric Garner –dos hombres negros desarmados– a manos de la Policía provocaron llamamientos a reformas que acabaron disueltos en la trifulca política. Algo similar ha ocurrido con las propuestas para endurecer el acceso a armas tras tragedias masivas –las últimas en Texas del verano pasado– que acaban en nada.

La mejor prueba de que la aprobación de la reforma policial en la cámara baja no producirá cambios es que apenas modificó los bloques partidistas. El jueves, solo tres de los 198 diputados republicanos se sumaron a la bancada demócrata para apoyar la propuesta legislativa. La líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, celebró la aprobación: «Estadounidenses de toda condición y de todos los rincones del país han estado manifestándose, protestando y exigiendo que este momento de agonía nacional se convierta en un momento de acción nacional», dijo Pelosi, cuyo grupo ha bautizado a la ley con el nombre de George Floyd. «Hoy honramos su vida y las vidas de todos los que han muerto por la brutalidad policial y mostramos nuestro compromiso: nunca más».

La reforma ha sido liderada por el grupo de demócratas negros y es ambiciosa: incluye prohibiciones de ahogamientos como el que sufrió Floyd y entradas en domicilio sin aviso por cuestiones de droga –fue lo que acabó con otra muerte, la de Breonna Taylor, en Kentucky– y limita la inmunidad procesal de los agentes.

En la bancada de enfrente, el republicano Kevin McCarthy protestaba por una redacción de la reforma en la que los demócratas no les han permitido participar. «Desde los comités al pleno, no se ha permitido ni una sola enmienda republicana. Nunca nos consultaron en la creación de esta ley», lamentó McCarthy que dijo querer «trabajar juntos».

Una situación similar se vive en el Senado. La ley que impulsa Tim Scott –el único senador republicano negro– no ha podido ser debatida en pleno por la oposición de los demócratas, que protestan porque no se les ha permitido participar en su redacción. La propuesta de Scott incluye algunas peticiones demócratas –establecimiento de una base de datos de policías infractores o convertir el linchamiento en delito federal–, pero no establece las prohibiciones a los ahogamientos ni limita la inmunidad de los policías.

El bloque legislativo apunta a enterrar de momento la reforma policial, algo que podría beneficiar a los demócratas en las urnas con una mayor movilización del voto de la minoría negra en la reelección de Donald Trump y en la renovación del Congreso.

Planes encontrados

Propuesta demócrata. Prohíbe ahogamientos por parte de los agentes como el que sufrió Floyd y las entradas en domicilios sin aviso por drogas.

Propuesta republicana. Plantea una base de datos de agentes infractores e incentivos para que sean los estados y los deparamentos locales los que cambien los métodos.

Voto en la Cámara. Los demócratas sacaron adelante su propueta en la Cámara de Representantes (236 votos contra 181) gracias a la mayoría de la que gozan.

Bloqueo en el Senado. Los republicanos no lograron llevar su plan al pleno por el bloqueo demócrata. Ahora rechazarán la reforma aprobada en la Cámara.