Nunca antes un jefe del Estado Mayor Conjunto había tenido que aislarse por ser víctima de una pandemia, después de que el presidente, con quien departe a menudo, diera también positivo. Así sucedió el martes, cuando el general Mark Milley entró en cuarentena con al menos otros nueve miembros de la cúpula de las fuerzas armadas. Era una respuesta al positivo del vicecomandante de la Guarda Costera, el almirante Charles Ray, que dio positivo el fin de semana después de presentar síntomas.
La semana pasada, el almirante Ray estuvo en varias reuniones con el Estado Mayor Conjunto en el Pentágono, de ahí la decisión de aislarles para proteger al resto de las tropas debajo de ellos en la cadena de mando. En marzo, el capitán del buque USS Roosevelt imploró por carta a la cúpula del Pentágono que aislara a sus tripulantes ante una cadena descontrolada de contagios. Fue relevado del puesto por desacato.
Tanto el secretario de Defensa, Mark Esper, como el general Milley, además de otros mandos militares, estuvieron con Donald Trump el domingo 27, después de un evento en la Casa Blanca al que acudieron 160 personas y que se sospecha que fue un foco de contagio. Desde entonces se les ha hecho pruebas a los dos, y han dado negativo, pero como el virus tarda en manifestar síntomas, sus médicos han recomendado aislamiento.
El que fue secretario de Defensa con Barack Obama, Leon Panetta, dio ayer varias entrevistas lamentando lo que cree que es un caos generado por la indolencia de Trump. «Tenemos al presidente ya la primera dama enfermos y el país está en una situación de vulnerabilidad. Tenemos que estar muy preparados para enfrentarnos a la posibilidad de que un adversario busque aprovecharse de esta situación», dijo en la cadena de radio NPR.