La empresa estadounidense, según ha informado el medio «Daily Beast», ha sufrido recientemente una brecha de seguridad que ha podido poner en compromiso la base de datos de sus clientes, entre los que se cree que se encuentran organismos e instituciones de seguridad. La firma ha asegurado que ha diseñado una base de datos compuesta por más de 3.000 millones de imágenes recopiladas de redes sociales como Facebook, Twitter o servicios como YouTube. Solo un usuario ha podido acceder, aseguran las mismas fuentes, que avanzan que este incidente no se debe a un «hackeo» del sistema de seguridad.
Pese a las dudas, sus responsables han insistido en que la información se ha extraído de plataformas abiertas y no de perfiles privados de usuarios. Las empresas tecnológicas, sin embargo, han intentado paralizar el proyecto exigiendo a la empresa a detener la recopilación de imágenes de sus usuarios. El fiscal general de Nueva York ha prohibido incluso a la Policía local usar el software para sus labores de investigación.
El «hackeo» todavía se encuentra en fase de análisis, pero fuentes de la firma han asegurado que sus sistemas han detectado un «acceso no autorizado» a su lista de usuarios, aunque han insistido que no se ha accedido a los servidores. La vulnerabilidad se ha reparado. La tecnología de reconocimiento facial se ha ido extendiendo en los últimos años por fuerzas de seguridad, aunque ha despertado las preocupaciones de organismos internacionales por las posibles implicaciones en la intimidad de las personas.