La MEGNP fue creada por el presidente Macron a finales de marzo pasado, con el fin de completar las misiones de estudio de la Asamblea Nacional (AN) y el Senado (mucho más políticas). Didier Pittet, epidemiólogo de renombre internacional, director de los Hospitales Universitarios de Ginebra (HUG), fue nombrado presidente, acompañado de otros especialistas de renombre, independientes: Raoul Briet, antiguo presidente del Tribunal de Cuentas, Laurence Boone (economista en jefe de la OCDE), Anne Marie Moulin, directora emérita en el Centro Nacional de Investigación Científica (CNIC) y Pierre Parneix, director de los hospitales públicos de Burdeos.
La MEGNP entregó este martes su primer informe al presidente Macron, en vísperas de su declaración solemne a la nación, el miércoles, cuando pudiera anunciar nuevas medidas para intentar frenar la alarmante propagación del Covid-19, comenzando, quizá, si llega a confirmarse, con la posible declaración del toque de queda, total, parcial o selectivo en París y algunas grandes ciudades francesas. En su informe «clínico» sobre la gestión sanitaria y económica de la pandemia, la MEGNP avanza puntos positivos y negativos, que pueden compararse libremente con la gestión de otros Estados como España.
La MEGNP avanza estos puntos negativos de la gestión sanitaria gubernamental francesa:
-Defectos manifiestos de anticipación y gestión.
-Discursos contradictorios: «Sobre el uso de las máscaras, se dijeron cosas antagónicas, que restaron confianza en el gobierno». Los franceses tienen menos confianza en su gobierno que los italianos y alemanes, pero parecen tener más confianza que los españoles.
-La comunicación introdujo un sentimiento de infantilización y desconfianza.
-La gestión del confinamiento pudo parecer «autoritaria y arbitraria», por momentos, con unas consecuencias muy negativas para la actividad económica, agravando la caída de la actividad económica, pública y privada, penalizando a muchos sectores estratégicos, de las obras públicas al turismo. La celebración de la segunda vuelta de las elecciones municipales, el mes de junio pasado, tampoco contribuyó a mejorar la crisis sanitaria.
Afirmados esos puntos negativos, la MEGNP llega a esta conclusión: «En materia de exceso de mortalidad, Francia ocupa una posición intermedia con respecto a sus vecinos europeos». La Misión de evaluación estima «positivos» los resultados franceses en el trágico capítulo de la mortalidad. Sin citar expresamente a España, el informe pone en evidencia que, con sus defectos, el gobierno francés obtuvo unos resultados menos dramáticos que en otros países vecinos.
En el terreno sensible de la gestión económica y social de la crisis sanitaria, la MEGNP estima que el confinamiento fue un frenazo brutal para la producción, que no pudieron paliar las ayudas a las empresas, ni los distintos dispositivos de sostén directo o indirecto al empleo y la actividad. A partir de ahí, sin embargo, la Misión estima que la política económica pudiera permitir iniciar, lentamente, el proceso de relanzamiento todavía invisible.
Sin citar expresamente a España, la MEGNP reproduce un gráfico comparativo del impacto económico de la crisis sanitaria. Y España ocupa el peor puesto, con una caída brutal del PIB.