El único investigador español participante, el doctor César Serrano, oncólogo médico del Hospital Universitario Vall d’Hebron y jefe del Grupo de Investigación Traslacional en Sarcomas del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), ha formado parte del equipo internacional que ha desarrollado este ensayo clínico, cuyos resultados publica «The Lancet Oncology»,
«Esto supone un paso más en el desarrollo de la medicina de precisión en cáncer. De nuevo hemos conseguido que una mutación concreta se convierta en una diana terapéutica que nos ha permitido desarrollar un tratamiento efectivo», explica el doctor César Serrano.
Aunque este ensayo está todavía en fase I, en la cual se evalúa su seguridad, los resultados tan positivos que se han obtenido invitan al optimismo. «Este nuevo fármaco ha sido aprobado recientemente por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) y se encuentra actualmente en revisión por parte de la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Su aprobación por parte de las autoridades sanitarias es un hito en oncología porque se convertirá en el primer tratamiento para los pacientes con GIST que presenten esta mutación», apunta el doctor Serrano.
El GIST, un tipo de sarcoma, es un tumor infrecuente, lo que condiciona la dificultad de llevar a cabo estudios clínicos y encontrar fármacos activos. Esto repercute en el pronóstico de los pacientes.
Es un tumor raro, ya que se cree que solo representa entre un 1 y un 3% de todos los tumores malignos gastrointestinales. Los pacientes con esta mutación son todavía más escasos, ya que apenas llegan al 5% de todos los tumores GIST.
En el estudio participaron 56 pacientes con GIST con la mutación PDGFRA D842V, y 55 de ellos obtuvieron reducción tumoral, con casi el 90% de éxito en una respuesta parcial o completa. Esto es muy alentador si tenemos en cuenta que el 96% de los pacientes que participaron tenían enfermedad metastásica, y hasta el 61%, enfermedad clínicamente avanzada. Hasta ahora, la experiencia con otros fármacos como imatinib, sunitinib y regorafenib –todos inhibidores de tipo 2– había demostrado escasa o nula actividad en este tipo de pacientes.
«A pesar de que la mayoría de los pacientes habían recibido terapias previas con otros inhibidores tirosina quinasa, la respuesta de avapritinib es, además, duradera. Los resultados confirman el potencial del nuevo fármaco para proporcionar un beneficio clínico prolongado en estos pacientes con GIST», señala el doctor César Serrano, que añade que la mayoría de los eventos adversos relacionados con el tratamiento con avapritinib no conllevaron una interrupción del tratamiento y fueron generalmente manejables y proporcionales a la dosis.