Roger Stone, amigo y exasesor de Trump, condenado a tres años y cuatro meses de cárcel

Roger Stone, amigo personal y asesor de Donald Trump en sus negocios y en su campaña electoral en 2016, ha sido sentenciado a tres años y cuatro meses de cárcel por los delitos de perjurio e intimidación de testigos.

En un principio la Fiscalía había pedido entre siete y nueve años, pero el presidente Trump se quejó en la red social Twitter de lo dura de la pena y el ministerio fiscal pidió que fuera menor.

Aunque la Fiscalía recomendó hasta nueve años, la pena máxima que contempla la ley por los siete delitos combinados de los que fue declarado culpable era de 50 años, y la juez podía dictar condena a discreción.

Stone ha llegado acompañado de su mujer a la corte de Washington, capital federal, una hora de la lectura de sentencia y ha sido recibido por un pequeño grupo de manifestantes que le ha gritado «traidor».

Stone prefirió no dirigirse a la juez en la vista en la que esta dictó sentencia y mantuvo silencio. Su abogado, Seth Ginsburg, pidió que a su cliente se le eximiera de entrar a prisión.

Arrestado en enero de 2019 en su residencia de Florida, Stone quedó libre bajo fianza de 250.000 dólares (230.000 euros).

La condena a Stone ha provocado una crisis sin precedentes en la Administración Trump. Los cuatro fiscales que instruyeron el caso Stone han dimitido en protesta por las presiones de Trump.

El propio fiscal general (ministro de Justicia), William Barr, ha amenazado con hacer lo propio si Trump sigue compartiendo opiniones sobre causas penales abiertas. El presidente no se ha dado por aludido y ha dicho: «Tengo el derecho legal de hacerlo».

Contactos con WikiLeaks
A Stone le investigó el FBI (la policía judicial) por contactos con WikiLeaks y otras gestiones, con la sospecha de que pidió a Julian Assange a través de un intermediario material incriminatorio sobre Hillary Clinton y los demócratas.

Se le acusa de mentir bajo juramento y de presionar a un testigo, Randy Credico, y de amenazarle con matar a su perro si testificaba.

Finalmente las pesquisas del fiscal especial Robert Mueller concluyeron que la campaña de Trump no se coordinó con la inteligencia rusa, a través de WikiLeaks u otros, para perjudicar a Clinton en 2016.

En Twitter, Trump se ha quejado de que se ha tratado a Stone «muy mal», de que se le «ha destrozado la vida» y de que los delitos «los cometió la otra parte».

Barr, el fiscal general, ha dicho en una entrevista televisiva que esos mensajes en Twitter le hacen «muy complicado» el trabajo. Varios medios norteamericanos han publicado que sopesa dimitir.

El mismo día en que la juez ha dictado sentencia, el presidente Trump ha compartido mensajes de otros usuarios en Twitter que le piden que indulte o le conmute la condena a Stone. «¿Esto es justicia?», se ha preguntado el presidente en la red social.

La juez que ha dictado sentencia es Amy Berman Jackson, que ya juzgó a dos amigos y colaboradores del presidente por delitos relacionados con la trama rusa, que se declararon culpables y han pasado por prisión: Paul Manafort y Rick Gates.

De ella, dijo el presidente en Twitter: «¿No es esta la juez que puso a Paul Manafort en régimen de aislamiento, algo que no padeció el mafioso de Al Capone?». Berman Jackson fue elegida para el cargo por Barack Obama.