Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea han criticado la «utilización política» que hace Turquía de los refugiados y emigrantes y han reiterado su respaldo a Grecia en estos momentos de gran presión sobre su frontera. «Si queremos evitar situaciones críticas hay que decir la verdad, no contar a la gente que vaya a Europa porque la frontera está abierta. Dejen de jugar ese juego», dijo el Alto Representante para la Política Exterior, Josep Borrell, que se dirigió directamente a aquellos que intentan atravesar la frontera para decirles que está cerrada. «Quisiera enviarles un mensaje muy claro: no vayan a la frontera porque no está abierta», declaró. «Si alguien les dice que vayan porque podrán entrar en Grecia o en Chipre, no es verdad». Preguntado al término de una reunión de ministros de Exteriores celebrada en Zagreb, Borrell ha insistido en que la UE no se plantea aumentar los fondos que destina a financiar las instalaciones que atienden a los refugiados y emigrantes que se encuentran en Turquía, a pesar de ser consciente de la carga que supone para este país. «Una cosa es reconocer el problema y tener voluntad de ayudar y otra cosa es actuar bajo presión», dijo en una conferencia de prensa.
Sobre el terreno, las noticias que llegan a Bruselas son cada día más preocupantes, puesto que la policía griega se ve frecuentemente obligada a usar medios radicales. Un patrullero danés, que tenía orden de no dejar entrar en aguas griegas a una embarcación con emigrantes, ha desobedecido y los ha depositado en la isla de Lesbos.