Los países miembros de la OTAN reafirmaron ayer su solidaridad con Turquía ante el conflicto en Siria. En una reunión urgente del Consejo Atlántico, los embajadores aliados urgieron a Rusia y al dirigente sirio, Bachar al Asad, a detener los bombardeos indiscriminados en la región de Idlib, donde en las últimas horas han muerto 33 soldados turcos, del contingente que se encuentra en el interior de Siria. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo a la salida de la reunión que los aliados «pedimos a Rusia y al régimen de Al Asad que paren los ataques aéreos indiscriminados y que se impliquen y apoyen los esfuerzos liderados por la ONU por una solución política pacífica para la crisis». Aunque no se tomó ninguna decisión en este sentido, la OTAN mantiene su disposición a ayudar militarmente a Turquía.
Actualmente España mantiene una batería de misiles antiaéreos «Patriot»y un contingente de 150 soldados en la base turca de Incirlik, como parte de ese apoyo aliado. El mandato de esta misión concluye en verano. En la Unión Europea, el alto representante Josep Borrell mantuvo una conferencia telefónica con el ministro de Exteriores de Turquía.