En su intervención, de diez minutos, el líder de la oposición acusó a Johnson de haber «perdido el control del virus» y le pidió tomar medidas más estrictas de forma urgente. «Si no lo hacemos, podríamos caminar con los ojos cerrados hacia un invierno largo y sombrío», advirtió. Tras asegurar que «el plan del gobierno simplemente no está funcionando», pidió un nuevo confinamiento «en línea con la recomendación del Sage (el Grupo Asesor Científico para Emergencias)», es decir, «un conjunto de restricciones temporales claras y efectivas diseñadas para que el número R vuelva a estar por debajo de 1. Y para revertir la tendencia del (aumento) de infecciones y hospitalizaciones». La propuesta de Starmer contempla el cierre de negocios y oficinas no esenciales, la prohibición de reuniones entre personas que vivan en diferentes casas y el cierre de la hostelería.
El pasado septiembre, el principal asesor científico del Gobierno, Patrick Vallance, advirtió que en la nación podrían morir hasta 200 personas diarias en noviembre si no se imponen restricciones más severas. Y el pasado lunes se conoció además que el Grupo Asesor Científico para Emergencias (Sage) pidió al gobierno imponer un cierre de dos semanas hasta el 21 de septiembre o arriesgarse a «consecuencias catastróficas», pero Johnson, que no es partidario de volver a un confinamiento estricto, apostó por medidas más suaves como el cierre de los pubs y restaurantes a las 10 de la noche. Ayer, según The Financial Times, dos asesores del gobierno dijeron que se podrían evitar entre 3.000 y 107.000 muertes para enero si se impone un confinamiento fuerte entre el 24 de octubre y el 7 de noviembre. El número de personas fallecidas aumentó el lunes en 143 en un solo día, el aumento más alto en cuatro meses.
En todo caso, el Parlamento aprobó ayer la puesta en marcha del nuevo sistema de tres niveles de riesgo propuesto por el gobierno para evaluar el riesgo de Covid-19 en diferentes áreas geográficas y la consecuente imposición de medidas de contención. La victoria sin embargo fue parcial, con 299 votos a favor y 82 en contra, entre ellos 42 parlamentarios tories rebeldes.
Todo eso sucede mientras arrecian las críticas de la prensa local a Johnson por hacer bromas relacionadas con el virus. Según fuentes presentes en una reunión de los conservadores vía Zoom, el «premier» habría afirmado que algunas personas estaban están contentas con «la regla de los seis» (la prohibición de que se reúnan más de seis personas al mismo tiempo en interiores) porque significa que podrán evitar la presencia de la familia política en Navidad. Algunos twitteros defendieron sin embargo a Johnson, diciendo que es una polémica «vacía» alrededor de un comentario que se corresponde perfectamente con el «humor británico».