Las dos principales promotoras de la Coalición Nacional son la Alianza Cívica y la Unidad Nacional Azul y Blanco. Se trata de dos de los principales movimientos que lideran la oposición al gobierno desde el 18 de abril de 2018, cuando comenzaron las protestas contra Ortega debido a una impopular reforma del sistema de Seguridad Social. Desde entonces, han muerto más de 325 personas a causa de la represión del gobierno para tratar de acallar las manifestaciones en contra del sandinista, según la OEA.
«Quienes aquí firmamos nos comprometemos a poner todo nuestro empeño para buscar a la ciudadanía y organizaciones que faltan para unir esfuerzos (…) para provocar el nuevo y definitivo nacimiento de la democracia», dice una parte de la proclama con la que se crea la Coalición Nacional. Entre los firmantes se encuentran organizaciones políticas como Partido Restauración Democrática, el Partido Liberal Constitucionalista, la Fuerza Democrática Nicaragüense y el Movimiento Campesino.
El acto en el que se constituyó la coalición tuvo lugar en una librería en Managua, la capital, y estuvo controlado por un enorme despliegue policial, ya que el gobierno planeó desactivar cualquier tipo de manifestación en las calles. Antes de que ocurriera el evento, la esposa de Ortega y vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, atacó a los opositores y los tildó de «criminales de odio», «malévolos» y «diablos» entre otros insultos. «Sabemos perfectamente quiénes son, y a su feria de vanidades y mascaradas de odio, no olvidamos, ni olvidaremos jamás», dijo Murillo.
La Coalición Nacional todavía no ha nombrado quien será el líder del movimiento. Entre los firmantes del acuerdo se encuentra Carlos Tünnermann, quien representó a la oposición en la mesa de negociación que celebró la Alianza Cívica con el Gobierno de Ortega con la que se intentó cerrar la crisis política de 2018. Tras meses de acaloradas discusiones, el Gobierno de Nicaragua cerró la vía del diálogo en agosto del año pasado a pesar de los esfuerzos realizados por la Iglesia Católica para que las partes alcanzaran un acuerdo.
Línea roja
El principal escollo de las negociaciones siempre fue un posible adelanto electoral de los comicios de 2021, en los que ni Ortega ni Murillo podrían presentarse. Esa siempre fue una línea roja que Ortega no se ha mostrado dispuesto a cruzar, por lo que todo apunta a que tendrá que medirse con la oposición en 2021.
Las negociaciones, sin embargo, lograron la excarcelación de un centenar presos a los que se les dio casa por cárcel. Se estima que unas 800 personas han sido detenidas en Nicaragua por participar en las protestas contrarias al gobierno, según la Comisión Permanente de Derechos Humanos, una ONG local. Cifra que la ONU rebaja a 400 personas.
Las manifestaciones de 2018 crecieron significativamente cuando el Gobierno de Nicaragua comenzó a reprimir las pacíficas protestas celebradas en contra de la reforma de la Seguridad Social. Desde entonces, la policía del país centroamericano ha puesto en marcha duras medidas, prohibiendo cualquier tipo de manifestación.