La abstención marca unas elecciones que devuelven el parlamento a los ultraconservadores en Irán

La corriente ultraconservadora o principalista recupera el control del parlamento en Irán tras unas elecciones marcadas por el veto masivo de candidatos reformistas y moderados y la baja participación. A la espera de conocer los datos oficiales, que la Comisión Electoral publicará a lo largo de esta jornada, los datos provisionales ofrecidos por medios como la agencia Fars revelaron que votó un 42 por ciento del electorado, veinte puntos menos que en las anteriores legislativas, y que los ultraconservadores ocuparán al menos 200 de los 290 asientos de la cámara. En Teherán, con una participación de apenas un 30 por ciento, el claro vencedor fue el exalcalde de la capital y excomandante de la Guardia Revolucionaria, Mohamed Galibaf, cuya aspiración es convertirse en el futuro portavoz del parlamento en sustitución de Ali Lariyani.

Estos resultados provisionales suponen un revés para la política aperturista por la que apostó desde su llegada al poder el presidente Hasán Rohani, a quien le tocará convivir en los últimos meses de su mandato con una cámara en manos de su oposición política dentro del régimen. Rohani, de carácter moderado, lamentó la decisión del Consejo de Guardianes de vetar a cerca de 9.000 candidatos, la mayoría próximos a su corriente moderada y reformista, pero llamó a los iraníes a acudir a las urnas porque es la mejor forma de legitimar al sistema. Esta vez, sin embargo, los votantes no respondieron y con su abstención lanzaron un mensaje claro a la cúpula de un sistema debilitado por las duras sanciones impuestas por Donald Trump, que han hundido la economía.

Como ocurrió en la etapa del presidente Mohamed Jatami, cuando George Bush incluyó a los iraníes en el que bautizó como «eje del mal», Estados Unidos ha respondido a una época reformista en Irán con la retirada unilateral del pacto nuclear, la vuelta a las sanciones y el asesinato selectivo del número dos de la república islámica, el general Qassem Suleimani, lo que llevó a los dos países al borde de una guerra abierta a comienzos de año. Estas decisiones de Trump han hundido al presidente y han apagado las ilusiones que despertaron sus planes de acercamiento a Occidente y el deshielo de relaciones con la administración de Barack Obama. Eso es historia ya que los ultraconservadores recuperan el parlamento y ahora ponen su mirada en la presidencia. El gran problema al que se enfrentan es la complicada situación económica de un país que, por culpa de los castigos de Estados Unidos, no puede vender petróleo, su principal fuente de ingresos.