El cuerpo de la joven, de 20 años, fue extraído de la instalación militar por su asesino, declaró la abogada Natalie Khawam, quien citó información facilitada a la familia la noche del miércoles por los investigadores del Ejercito encargados del caso.
Khawam indicó que la víctima planeaba interponer una queja por acoso contra el soldado especialista Aaron David Robinson un día después de que fuera asesinada, y sospechan que el joven militar, de la misma edad que Vanessa y desde 2017 destinado en el cuartel Fort Hood, la mató en un arrebato.
Robinson y una mujer, exesposa de un soldado de la base que no ha sido identificada, habían sido señalados como sospechosos en el caso.
Cuando el miércoles la Policía fue a interrogar a Robinson, quien un día antes se había escapado del cuartel, ubicado en el condado texano de Bell, él se quitó la vida de un disparo, según las autoridades.
En una rueda de prensa ofrecida hoy, Damon Phelps, agente especial del Comando de Investigación Criminal de las Fuerzas Armadas (CID, en inglés), explicó que tras más de 300 entrevistas no hay «información creíble» de que la soldado hubiera sido «agredida sexualmente».
Agregó que no hay reportes oficiales en torno a abusos contra la soldado cometidos por Robinson, pero siguen investigando en esa línea.
El comandante mayor, el general Scott Efflandt, indicó que los alegatos por acoso son «investigados por completo» y «tomados en cuenta muy seriamente», pero que por ahora la investigación criminal «no ha encontrado relación» entre la desaparición y dichas acusaciones.
El miércoles fueron hallados restos humanos cerca del río León, en el condado de Bell, a unas 20 millas (32 kilómetros) al este de la base Fort Hood, y muy cerca de donde también se encontraron otros un día antes, sin que todavía hayan sido identificados por las autoridades.
La familia de la joven pidió el miércoles en Washington una investigación del caso por parte del Congreso de Estados Unidos.